LECCIÓN 2. MÓDULO 2C.

Mi caja de herramientas

En esta segunda lección llegó el momento de conocer cuáles son las herramientas claves que toda persona mediadora debe llevar en el recorrido de la Crianza Respetuosa, para así implementar las actividades del Kit-Somos Familia según los enfoques del Modelo y centrado en las niñas y los niños.

Así que, ante preguntas como, ¿qué herramientas necesito para mediar lúdicamente una sesión con familias? o ¿cuáles son las herramientas que se proponen en el Kit-Somos Familia?, vamos a hacer un trayecto de tres estaciones para ir retroalimentando las respuestas. Detallamos a continuación sus énfasis: 

  • Estación I. Dedicada a enumerar las ideas fuerza que orientan el uso de las herramientas de las personas mediadoras lúdicas, para cumplir las metas que se proponen desde los enfoques y la metodología Somos Familia.
  • Estación II. Presenta la estrategia metodológica base para aplicar el Kit-Somos Familia, denominada experiencial. Por lo que se describen sus particularidades y cómo se aplican durante las sesiones de trabajo familiar lúdico. Es importante considerar que este es el sello del Modelo en Competencias Parentales Somos Familia.
  • Estación III. Identifica el juego y la comunicación empática como los instrumentos o herramientas clave para la aplicación del Kit-Somos Familia, envueltas en un clima que permite la construcción de vínculos seguros. En esta última estación se definen estas herramientas y se ejemplifica cómo se pueden aplicar en las sesiones lúdicas.

Estación 1

Los superpoderes de la mediación lúdica

Nuestro trabajo con las personas cuidadoras en pro de una Crianza Respetuosa, alejada de la violencia y centrada en las niñas y los niños, requiere la puesta en práctica de cuatro importantes poderes. En este sentido, es central identificar que la implementación del Kit-Somos Familia no se basa en recetas, herramientas o caminos fijos, sino por el contrario, lo que nos muestra es una forma de vincularnos y acompañar a las personas cuidadoras. 

Y en este camino, la persona mediadora necesita primero descubrir sus poderes, para luego modelarlos durante las sesiones a las familias, y así poco a poco, desde la constancia y apertura, los principios de la Crianza Respetuosa se experimentan e incorporan.

Integrando conocimiento

Volvamos a analizar los superpoderes de las personas mediadoras lúdicas, pero ahora preguntándonos: ¿Cuáles de estos superpoderes he utilizado antes? ¿Alguno me ha sorprendido? ¿Cuáles estrategias concretas podría implementar para llevar estos superpoderes a la práctica?

Estación 2

Nuestra estrategia

El Kit-Somos Familia retoma la estrategia metodológica experiencial del Modelo. El objetivo es que las personas mediadoras lúdicas y las familiaS, partan de sus propios conocimientos y experiencias para generar nuevas creencias y prácticas, mismas que se orienten bajo los enfoques de la Crianza Respetuosa. Por lo tanto, esta estrategia pedagógica se basa en los saberes de esas cuidadoras y cuidadores -acumulados en sus experiencias de vida, como hijas o hijos, como madres y padres- y de los cuales se desprenden los estilos parentales que muestran en sus relaciones de cuidado, crianza y educación de las niñas y los niños a su cargo.

Es entonces que la aplicación del Kit-Somos Familia no busca instruir a las madres, los padres, las  cuidadoras y cuidadores en teoría o información en el vacío, sino que busca que experimenten las ideas fuerza y conceptos base de la Crianza Respetuosa durante las sesiones. Por lo que aspira a que a lo largo de las sesiones que componen el kit, las familias como protagonistas del proceso, se acerquen a sí mismas, para descubrir en cuáles experiencias, creencias y metas basan las prácticas de crianza y cuáles son los vínculos que desde ahí crean con las niñas y los niños.

¡Profundizá tu aprendizaje mediante el siguiente ejercicio reflexivo! Primero te animamos a revisar con detalle la actividad que se describe a continuación e imaginar que la ponés en práctica con un grupo de familias.

Ahora, con esta situación en mente, identificá los diferentes momentos de la metodología experiencial. Podés ayudarte mediante las siguientes preguntas generadoras:

  • ¿En qué momento las personas participantes pueden identificar sus definiciones acerca de conceptos como empatía, sentimientos, necesidades?
  • ¿Cuál parte de la actividad tiene como principal objetivo hacer una reconstrucción colectiva de estos conceptos?
  • ¿Qué ideas fuerza sería importante que queden claras en este momento?
  • ¿Cuál experiencia puede ayudar a las personas cuidadoras a tomar conciencia de la importancia de la empatía dentro de su rol parental?
  • ¿En qué parte de la actividad se les puede invitar a identificar nuevos recursos y estrategias para promover la empatía en la crianza?

Estación 3

Nuestros instrumentos

Instrumento 1. Pedagogía lúdica

El Comité sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, dictó la Observación General N°17 para orientar a los distintos gobiernos en el cumplimiento del Derecho al Juego de las niñas y los niños de todas las edades. Como indican Brooker y Woodhead se “destaca el papel del juego como manera de proporcionar oportunidades para la expresión de la creatividad, la imaginación, la confianza en sí mismos, la autosuficiencia y el desarrollo de las capacidades y aptitudes físicas, sociales, cognitivas y emocionales. Además, recalca que, mediante el juego, los niños exploran y ponen a prueba el mundo que los rodea, experimentan nuevas ideas, roles y vivencias, y, mientras lo hacen, aprenden a comprender mejor y construir su propia posición social dentro de dicho mundo”.

 

En el caso específico de Somos Familia, se validan los juegos que generan y fortalecen el vínculo seguro entre las niñas, los niños y su constelación familiar, así como aquellos que promueven su desarrollo social en un entorno de convivencia democrática. Aquí es primordial puntualizar que no todos los tipos de juegos llevan a las personas a desarrollar estas habilidades interpersonales y sociales, pues se requiere que las y los educadores, las personas mediadoras y las familiaS les impriman una dirección, provean condiciones de ocurrencia y les doten de los recursos apropiados para que se potencien estos resultados.

Bajo esta concepción, la metodología que se utiliza para aplicar el Kit- Somos Familia se basa en un concepto de pedagogía lúdica, concebida de acuerdo con tres características nucleares. Da click a los siguientes recuadros para ver la descripción que Brown y Patte dan a estas características:

Ahora bien, para llevar la pedagogía lúdica a la realidad, se requiere de la persona mediadora que cree en el juego como herramienta pedagógica. En este sentido, la persona mediadora comparte algunas características de los playworkers, nombre con el que se reconoce a estos especialistas del juego terapéutico en Inglaterra. Para Brown y Patte, la misión de una o un mediador lúdico es crear ambientes donde se propicie el juego y donde se engloben, en una práctica libre y flexible, la socialización, la estimulación cognitiva, la confianza, la creatividad, la resolución de conflictos, el autodescubrimiento, el equilibrio emocional. En este enfoque, se ha de favorecer la construcción de vínculos sanos entre la niñez y las personas adultas, así como invitar al disfrute, a la alegría, al color, entre otras experiencias. Su filosofía se basa en: diversión, libertad y flexibilidad.

Instrumento 2. La comunicación empática

El segundo instrumento que requerimos para aplicar el Kit-Somos Familia es la comunicación empática, comprendida como los momentos familiares donde las personas adultas se disponen a sentir, comprender y disfrutar de un espacio de comunicación asertiva con los bebés, las niñas y los niños. Para que sea posible este tipo de comunicación empática, la persona adulta requiere de las actitudes de curiosidad, apertura, aceptación y compasión, que le permitan percibir de un modo desprejuiciado y para acercarse de un modo no defensivo.

Así este tipo de comprensión se define como el grado en el que la persona adulta es consciente de lo que en ese momento está presente en el mundo interno (sentimientos, pensamientos, necesidades y sensaciones) de la persona menor de edad. Por lo que se convierte en un intento activo para conocer lo que vivencia, un esfuerzo para captar el significado de su comunicación y, finalmente, para traducir sus gestos, señales y palabras en significados comunes.

Dos momentos clave de la comunicación empática:

  • Inicia con una comprensión empática.
  • Se complementa con una conversación activa donde las personas se sienten importantes, comparten sus puntos de vista y aprenden los unos de los otros.

De ahí, que la comprensión empática se puede establecer desde el primer encuentro con la o el recién nacido, en ausencia del lenguaje verbal.

Una persona adulta puede comprender empáticamente lo que una niña o un niño en etapa pre-verbal le está comunicando. En estos casos, son sus gestos, la expresión emocional y la sensibilidad adulta lo que permite que la compresión empática se desarrolle.

Una vez establecida la comprensión empática, existe la posibilidad de avanzar e iniciar una conversación activa con la niña y el niño. Este tipo de conversación tiene las siguientes características:

  • La persona adulta conversa con la niña o el niño con el objetivo de comprender su experiencia y su punto de vista, con énfasis en sus sentimientos, pensamientos, necesidades y sensaciones. Ej: “¿Y cómo te sentiste cuando el perro ladró?”
  • La persona adulta no utiliza la diferencia de poder para distorsionar, manipular o sacar ventaja sobre la niña o el niño.
  • Los conocimientos de la niña, el niño y la persona adulta son igualmente válidos e importantes.
  • La persona adulta utiliza palabras entendibles para la niña o el niño y se brinda ejemplos.
  • Durante la conversación, la persona adulta le da validez a lo que el niño o la niña experimenta, piensa y expresa. Ej: “Entiendo que te sintieras asustado, fue un ruido muy fuerte.”
  • La persona adulta busca que la niña y el niño se exprese con confianza. Utiliza preguntas o lo motiva reforzando lo importante y valioso que es. Ej: “¿Querés contarme más?”
  • La comunicación empática es posible solo si las personas involucradas –adultas y menores de edad- están dispuestas emocionalmente para hacerlo. La persona adulta debe buscar el mejor momento para no forzar a la niña o el niño.

Es importante considerar que Somos Familia promueve los momentos de comunicación empática en el día a día, desde que el bebé, la niña o el niño despiertan. Durante la hora del baño, al momento de vestirse, irse a dormir o las comidas, la comunicación empática es una herramienta clave para darle contención a las dificultades y obstáculos que se le presentan a la niña o el niño, especialmente cuando se trata de desarrollar habilidades y afianzar su autonomía.

Integrando conocimiento

Existe evidencia científica que indica la diferencia en la adquisición del vocabulario entre niñas y niños de contextos en desventaja social y quienes crecen en ambientes con condiciones más favorables. Hirsh-Pasek señala que ya a los tres años de edad, niñas y niños que crecen en contextos en desventaja, han escuchado treinta millones de palabras menos, que sus pares que crecen en contextos más favorecidos. Esa situación sin duda les coloca frente a limitaciones importantes, aun antes de ser parte del sistema educativo formal.

Los estudios indican que la exposición de niñas y niños en desventaja social a más palabras no es suficiente para equilibrar las dificultades que enfrentan. No obstante, la brecha disminuye si se centra en la calidad de la comunicación entre niñas, niños y sus madres, padres o personas cuidadoras. La investigación confirma que es más importante una conversación de calidad centrada en la convivencia cotidiana, en las necesidades, intereses y emociones de las niñas y los niños, que aquella otra centrada en la cantidad de palabras que ellas y ellos escuchan o repiten de forma vacía o descontextualizada. En ese sentido, una conversación de calidad en términos de Derechos de las niñas y los niños implica posicionarlos en su lugar de personas, con capacidad de participar, decidir, imaginar y generar un diálogo empático. Te invitamos a analizar un ejemplo en el siguiente documento.