LECCIÓN 1. MÓDULO 2A.

¡Te invitamos a estar presente!

Esta primera lección nos invita a centrarnos en el momento presente, volcando nuestra atención hacia lo que estamos experimentando en nuestro mundo interno. Este cambio en el foco de nuestra atención nos lleva a un proceso de desaprender y validar nuevas formas de sentir o pensar. Con esta intención, vamos a transitar por dos estaciones. En la primera, exploramos cada uno de los elementos del mundo interno: sensaciones, sentimientos, necesidades y emociones ¡Les aseguramos que este viaje al interior puede ser maravilloso! En la segunda, analizaremos otros componentes necesarios para iniciar este camino de criar con Presencia Plena.

Estación 1

Un universo de sentimientos, sensaciones, necesidades y pensamientos

Para entender qué es la Crianza con Presencia Plena, es importante recordar que la Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños pone en el centro a las y los menores de edad -sus derechos, necesidades y habilidades-. En coherencia con lo anterior, la Presencia Plena nos brinda una serie de conceptos y herramientas que persiguen la misma meta: construir vínculos emocionales seguros.

Entonces, ¿qué entendemos por Presencia Plena? La Presencia Plena es la práctica de poner intencionalmente atención a nuestro mundo interno –compuesto por sensaciones, sentimientos, necesidades y pensamientos- con una actitud de curiosidad, apertura, aceptación y compasión.
Revisemos la siguiente información para comprender a profundidad cada uno de los elementos del mundo interno.

Cuando aplicamos la Presencia Plena a la crianza, nos proponemos prestar atención tanto al mundo interno propio, como al de las niñas y los niños que acompañamos. Esta conexión con nosotras/os mismas/os promueve una disminución del estrés que implica el rol de cuidado y nos permite estar presentes momento a momento, para así responder, en lugar de reaccionar ante situaciones retadoras. A la vez, la conexión con el mundo interno de las niñas y los niños, crea un estado de sintonía emocional que les lleva a percibir como satisfechas sus necesidades de ser vistas/os, pertenencia, aceptación y seguridad; contribuyendo a la formación de vínculos emocionales seguros.

Vivir con conexión

Cuando somos conscientes de nuestro propio mundo interno y tratamos de adivinar los elementos del mundo interno de las personas que nos rodean, las niñas y los niños que acompañamos experimentan sintonía emocional -es decir, sus necesidades son identificadas, validadas y tomadas en cuenta-. Esto les lleva a darse cuenta que son personas valiosas, que quienes están alrededor les cuidan y que pueden explorar el mundo con confianza y autonomía.

Vivir sin conexión

Por el contrario, si las niñas y los niños viven constantemente en desconexión -es decir, cuando no se identifican sus necesidades, o se consideran menos importantes o no se busca satisfacerlas- aprenden que lo que experimentan en su mundo interno no es importante o verdadero, no pueden confiar en que las personas que están a su alrededor les van a cuidar y entonces el mundo se percibe como un lugar muy peligroso, por lo que deben concentrar mucha de su energía en protegerse y mucha menos en aprender o explorar lo que les rodea.

¿Querés vivir con conexión o desconexión? La Crianza con Presencia Plena nos ayuda a conectar para ser esas figuras cuidadoras sensibles, empáticas y compasivas que las niñas y los niños necesitan y merecen.

Punto clave:
El vínculo emocional es una especie de mapa que llevamos todas las personas internamente y nos dice cómo deberían ser las relaciones (con nosotras mismas/os, con las demás personas y con el mundo). Este mapa se construye con base en las relaciones que tenemos con las principales figuras cuidadoras durante nuestra infancia.

“…el desarrollo emocional, social y, por ende, neurológico de la niña y el niño, depende, en gran medida, de la calidad del vínculo afectivo que gesta con las personas cuidadoras primarias.”

Modelo Somos Familia, Capítulo 1, p. 9.

Para conocer más sobre el mundo interno y aumentar nuestro vocabulario emocional, podemos revisar el siguiente documento en el que se presenta una lista de algunos sentimientos, emociones y necesidades.

¿El mundo interno nos resulta desconocido? ¿No sabemos ni cómo empezar a explorarlo? ¿A veces conectamos con nuestros sentimientos, pero nos gustaría practicarlo más? Tenemos el ejercicio ideal para iniciar: la autoconexión. Cuando queremos empezar en el camino de la Crianza con Presencia Plena, lo ideal es comenzar conectando con nuestro propio mundo interno, para luego conectar con el de las niñas y los niños con mayor facilidad. La autoconexión es precisamente sacar unos minutos para tratar de identificar qué está presente en nuestro propio mundo interno.

Animémonos a practicar autoconexión de esta manera:

  • Me coloco en una posición cómoda y suelto todo lo que tenga en las manos.
  • Tomo tres respiraciones profundas, inhalando y exhalando por la nariz.
  • Me pregunto cómo se siente mi cuerpo en este momento ¿Hay tensión en alguna parte de mi cuerpo? ¿Qué sensación corporal estoy experimentando?
  • Ahora voy un poco más adentro trato de identificar qué sentimientos y necesidades estoy experimentando en el momento presente (puedo utilizar la Lista de sentimientos, emociones y necesidades). Procuro no juzgar, simplemente me permito experimentar lo que siento por un minuto.
  • Tomo un par de respiraciones profundas para terminar.
  • Anoto en una libreta o expreso gráficamente las sensaciones, sentimientos y necesidades que encontré.

¡Convirtamos este ejercicio en una práctica diaria! Podemos realizarlo cuando nos levantamos, antes de acostarnos, mientras nos tomamos el café de la mañana o cuando vamos en el bus.

Algunas veces puede que logremos sacar varios minutos para esto, otras va a ser un ejercicio de segundos, lo importante es que seamos consistentes, para así aumentar nuestro vocabulario emocional y fortalecer nuestra capacidad de conectar.

Estación 2

Atención, intención y actitud

La Crianza con Presencia Plena tiene tres grandes componentes:

Por esta razón, en las siguientes lecciones vamos a revisar con detenimiento cada una de estas actitudes y cómo llevarlas a la práctica, tanto al relacionarnos con nosotras/os mismas/os, como al interactuar con las niñas y los niños.

Para ir adentrándonos en el tema, observemos el siguiente video en el que se presenta una breve descripción de cada una.

Integrando conocimiento

La invitación de esta primera lección es empezar el camino de la Crianza con Presencia Plena conectando con nosotras/os mismas/os y recordando que:

  • Tanto la Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños, como la práctica de la Presencia Plena comparten un mismo objetivo: la construcción de vínculos emocionales seguros.
  • La Crianza con Presencia Plena consiste en hacer un esfuerzo intencionado por cambiar el foco de nuestra atención, redirigiéndola hacia el propio mundo interno y al mundo interno de las niñas y los niños, con una actitud de curiosidad, apertura, aceptación y compasión.
  • El mundo interno está compuesto por sensaciones, sentimientos, necesidades y pensamientos. Conectar con el propio mundo interno nos ayuda a reducir los niveles de estrés asociados a los roles de cuidado y nos permite tomar decisiones conscientes. Al conectar con el mundo interno de las niñas y los niños surge un estado de sintonía emocional que satisface necesidades como ser vistas/os, pertenencia, aceptación y seguridad.
  • Practicar consistentemente la autoconexión (tratar de identificar los sentimientos y necesidades que estamos experimentando en el momento presente), nos preparará para conectar con el mundo interno de las niñas y los niños.