LECCIÓN 3. MÓDULO 2A.
Disfrutando el presente con apertura y aceptación
Ahora que ya incorporamos la curiosidad por el mundo interno a nuestra mochila de viaje, vamos también a llevar muy cerca las actitudes de apertura y aceptación. Para entender este dúo de actitudes, en esta lección las trabajaremos en tres estaciones. Empezaremos, en la estación uno, explorando ambos conceptos en un contexto de crianza. Continuaremos en la segunda estación, profundizando cómo se ve una crianza con y sin apertura y aceptación. En la tercera estación finalizamos describiendo acciones cotidianas que reflejan estas actitudes.
¡Esta vez les invitamos a abrir no sólo los brazos, sino también el corazón para seguir esta travesía!
Estación 1
Cuando la apertura y la aceptación llegan a la crianza
Tomando en cuenta que tener curiosidad es hacer una pausa y preguntarse qué sensaciones, sentimientos, necesidades y pensamientos están presentes en el mundo interno –propio o en el de las niñas y los niños-, actuar con apertura y aceptación significa recibir con brazos y corazón abiertos a todos estos elementos, incluso a los que no nos gustan tanto o nos generan incomodidad.
¡Sí!, así como lo leen, la apertura y la aceptación en la Crianza con Presencia Plena implica validar todos los sentimientos y necesidades propias y también las de las niñas y los niños. ¡Pero no nos espantemos! Aquí vale la pena aclarar que, aceptar los sentimientos y necesidades, no es lo mismo que aceptar todas las reacciones emocionales. Esta forma de criar nos invita a primero validar los sentimientos y necesidades, para luego, en los casos en que sea necesario, redirigir el comportamiento. Veámoslo con un ejemplo:
Punto clave:
entonces, es muy importante tener claro que, validar los sentimientos y necesidades de las niñas y los niños no significa cumplir todos sus deseos, tampoco significa nunca redireccionar o corregir su comportamiento. Mostrar apertura y aceptación validando lo que las niñas y niños sienten y necesitan, quiere decir, detenernos a comunicarles con acciones y palabras que lo que sienten es real y que estamos ahí para atravesar esas experiencias juntas/os.
¿Qué ganamos cuando la apertura y la aceptación llegan a la crianza?
- Las niñas y los niños entienden que todos los sentimientos son válidos, lo que les permite descubrir las necesidades detrás de estos.
- De la mano con esto, desarrollan empatía, al comprender que los sentimientos y necesidades de las demás personas también son válidas.
- Poco a poco van discriminando las formas respetuosas e irrespetuosas de comunicar sus sentimientos y necesidades.
- Experimentan seguridad y confianza para comunicarnos sentimientos displacenteros o situaciones incómodas, lo que se convierte en un factor protector.
- Se va construyendo un vínculo afectivo seguro, al comprender que les aceptamos tal y como son.
“Digamos sí a los sentimientos, incluso cuando decimos no al comportamiento.”
-Daniel Siegel
Terminemos esta estación analizando el siguiente video, que nos muestra otro ejemplo de apertura y aceptación hacia el mundo interno.
Te invitamos a preguntarte:
- ¿Cuáles sentimientos pudo experimentar el niño cuando su mamá le dijo que tenía que lavarse las manos antes de comer?
- ¿Qué necesidades se vieron insatisfechas en ese momento?
- ¿La mamá demostró apertura y aceptación hacia los sentimientos y necesidades del niño? ¿Cómo lo hizo?
- ¿Qué pensás que habría pasado si la mamá desvalida esas necesidades del niño?
- ¿Qué ganaron al relacionarse con apertura y aceptación?
Podés explorar la siguiente infografía para aprender aún más sobre los beneficios y formas cotidianas de poner en práctica la apertura y la aceptación.
Estación 2
Con o sin apertura y aceptación
Ahora bien, ya que entendemos qué significa tener una actitud de apertura y aceptación hacia el mundo interno, pongamos mucha atención a las trampas cotidianas que nos dificultan hacerlo. ¡Sí!, porque al igual que los juicios bloquean la curiosidad, existen algunas acciones o actitudes que le cierran la puerta a las sensaciones, sentimientos, necesidades y pensamientos.
Analicemos algunas frases y actitudes que reflejan una crianza sin apertura y aceptación.
Sin apertura y aceptación
Negar
“Eso no es nada, levántate valiente.”
(negación de la sensación de dolor y el sentimiento de temor)
“¡Tenés que saludar a tu abuelo!”
(negación de la necesidad de elección)
Distraer
“Tomá la Tablet, pero ya dejanos conversar en paz.”
(acallar necesidades distrayendo con dispositivos electrónicos)
“Mirá qué lindos los pajaritos. Pero dejá de llorar, que eso ya pasó.”
(acallar sentimientos con juguetes o elementos novedosos)
Ignorar
“¡Ni le hagás caso, lo que está buscando es atención!”
(ignorar la necesidad de atención)
“Ni le hablés bonito, porque más llora.”
(ignorar la necesidad de cariño)
Complacer
“No llorés mi amor, mañana te compro otra muñeca.”
(dar un objeto o cumplir un deseo para que la niña o niño deje de llorar)
“No te preocupés, yo te amarro los zapatos, pero ya quédate calmadito.”
(hacer una tarea por él o ella, con tal de que no experimente frustración)
Estas acciones y frases le envían mensajes a las niñas y los niños como:
- “Ese sentimiento no es permitido aquí.”
- “No es normal sentirse así.”
- “Cuando experimentás ese sentimiento no te quiero cerca.”
- “Mis necesidades son más importantes que las tuyas.”
Detengámonos un segundo a pensar, ¿cómo nos sentiríamos si las personas más importantes de nuestra vida nos envían estos mensajes? Definitivamente que cuando actuamos sin apertura y aceptación se deteriora el vínculo. La buena noticia es que, con la Crianza con Presencia Plena, podemos ir dándonos cuenta de estas trampas, para transformarlas con empatía.
Así, la invitación de la Crianza con Presencia Plena es validar todos los sentimientos y necesidades. Lo que se puede ver así:
Con apertura y aceptación
“¿Estás bien? ¿Te lastimaste?”
(preguntar por sensaciones y sentimientos)
“Podés escoger cómo saludar a las demás personas. Puede ser de beso, abrazo o saludando con la mano.”
(validar necesidades y proponer estrategias para satisfacerlas)
“Tus tíos y yo queremos conversar un rato. ¿Vos qué querés hacer? Podés jugar en el patio con tus primas o colorear en esta mesa.”
(comunicar nuestras propias necesidades, para que aprendan poco a poco a desarrollar empatía)
“Extrañás mucho a tu mamá. Yo sé, por eso te sentís triste. Aquí estoy para vos. ¿Querés un abrazo?”
(validar emociones y ofrecer contención emocional)
“¿Óscar, estás haciendo esos ruidos porque querés que te prestemos atención? ¿Querés decirme algo o mostrarnos algo?”
(validar necesidades y ofrecer opciones)
“¡Qué angustia se siente cuando una hija llora así! ¿Querés ir a acompañarla vos o preferís que vaya yo?”
(demostrar empatía hacia los sentimientos de otras personas)
“¿Te sentís triste porque se rompió tu muñeca? Yo sé que esa es la que más te gustaba.”
(validar sentimientos y necesidades)
“¿Te estás sintiendo un poco frustrado? Podés intentarlo otra vez. También si necesitás ayuda, me podés decir.”
(alentar y demostrar disponibilidad)
Una crianza con apertura y aceptación promueve que las niñas y los niños crezcan en conexión con su mundo interno y con el momento presente, lo cual les trae bienestar físico, emocional y en sus relaciones.”
Recordemos que, para llevar estas actitudes a nuestra relación con las niñas y los niños, es importante primero ponerlas en práctica con nosotras/os mismas/os. Te invitamos entonces a reflexionar por medio de las siguientes preguntas:
- ¿Crees que existen algunos sentimientos que es mejor no experimentar?
- ¿Consideras que es adecuado estar siempre con “mente positiva”?
- ¿Te sorprendés a vos misma/o echando algunos sentimientos o necesidades debajo de la alfombra?
Si contestaste afirmativamente a la mayoría de estas preguntas, te contamos que no estás sola/o. Muchas personas hemos aprendido a vivir evitando algunos sentimientos y negando nuestras necesidades, lo importante es que a partir de este momento podes empezar a transformar esa realidad, para conectar con más apertura y aceptación con tu mundo interno.
Estación 3
Apertura y aceptación en mi día a día
Vivir sin apertura y aceptación nos lleva a ir por el mundo de forma distante. Cuando sólo aceptamos algunas partes de nosotras/os mismas/os o cuando sólo queremos ver algunos aspectos de las niñas y los niños, corremos el riesgo de no conocernos verdaderamente y de no establecer relaciones profundas con ellos/as.
Por eso es que las actitudes de apertura y aceptación propician la construcción de vínculos seguros, porque las niñas y los niños se sienten en total libertad de ser ellas y ellos mismos.
Sabemos que empezar a poner en práctica la apertura y la aceptación en nuestro día a día puede resultar retador y por eso queremos compartir un video que nos ejemplifica una herramienta sencilla, pero que puede ser de mucha utilidad.
Imaginá que Mónica es madre de dos niñas, Catalina de 3 años y Sandra de 6 años. Sus hijas disfrutan mucho de leer cuentos. Para esta semana escogieron leer un libro de animales marinos, porque últimamente es lo que más llama su atención. Antes de dormir se disponen las 3 a leer el cuento, pero resulta que Catalina y Sandra hoy están más inquietas que de costumbre y les está costando quedarse acostadas en la cama. Mónica se siente un poco frustrada, porque quiere leerles el cuento para terminar unas cosas del trabajo. Por lo que les dice:
“ La aceptación de la situación en que se vive, puede aliviar la lucha interna que aparece cuando las expectativas sobre cómo debería ser la vida, no se corresponden con la realidad.”
-Daniel Siegel
Cerramos esta lección animándote a descubrir formas cotidianas de demostrar apertura y aceptación hacia vos misma/o y hacia las personas que te rodean. Y ahora te motivamos a continuar con la siguiente lección, para conocer más sobre la última actitud con la que se nos invita a conectar con el mundo interno: la compasión