LECCIÓN 1. MÓDULO 1.
CRIANZA RESPETUOSA CENTRADA EN LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS
Esta primera lección, compuesta por dos estaciones, nos invita a reflexionar acerca del concepto de Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños. En la primera, el objetivo de aprendizaje será comprender el concepto como tal y en la segunda abordaremos los tres principios que lo conforman. ¡Sin más demora, comencemos!
Estación 1
¿Qué es la Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños?
Cuando eliminamos la violencia de la crianza, es decir el castigo físico y el trato humillante, puede surgir la pregunta: ¿y ahora cómo criamos? Ante esta interrogante, nuestra propuesta es la Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños, que nos invita a cambiar el autoritarismo por acompañamiento, las etiquetas y señalamientos por empatía, así como a visualizar los conflictos como oportunidades de aprendizaje y a responder de manera sensible ante los retos de la crianza
Para comprender a profundidad este estilo de crianza, les animamos a observar el siguiente video.
Esta definición apoya una potente idea: construir vínculos afectivos seguros. La calidad del vínculo afectivo -que establecen las figuras cuidadoras al atender las necesidades de las niñas y los niños- es decisiva y su impacto se puede observar en numerosas áreas como la regulación y estabilidad emocional, el autoconcepto, la calidad de sus aprendizajes y de las relaciones que establecen con otras personas.
La crianza respetuosa es un estilo de cuidado y educación sensible basado en el respeto, la disponibilidad, la calidez afectiva, el contacto físico, la comunicación empática, la comprensión hacia la niña y el niño y la protección de sus derechos.”
González y Sáenz, 2020
Punto clave:
Este estilo de crianza se alimenta de diversas corrientes de cuidado, entre estas la disciplina positiva, que se centra en la práctica consistente de actitudes amables, firmes y flexibles, mediante las cuales se promueve el aprendizaje de habilidades para la vida. Entonces en respuesta a la pregunta ¿y ahora cómo criamos?, podemos responder que entre las nuevas herramientas están la comprensión, la reflexión y la empatía. Estas nos permiten dejar atrás el foco de control externo -cuando sólo nos enfocamos en el comportamiento no deseado-, para centrarnos en conocer a las niñas y los niños y acompañarles a que desarrollen su máximo potencial.
Estación 2
Principios para criar con las niñas y los niños en el centro
En esta estación explicaremos con detalle y conoceremos ejemplos cotidianos de cómo se ven las tres principales corrientes de pensamiento que acuerpan a este estilo de crianza. Para esto es importante que analicemos: ¿por qué recomendamos centrar la crianza en las niñas y los niños?
La respuesta a esta pregunta resalta elementos claves de la Crianza Respetuosa:
1. Posicionamiento ético
Porque las niñas y los niños son personas, por lo tanto sujetos de derechos. En coherencia con esto, todas las personas adultas debemos garantizar el cumplimiento de todos sus Derechos Humanos y también de los derechos propios de su condición de niñez.
2. Visión de la niñez
Porque se reafirma que no puede haber Crianza Respetuosa si pensamos que las niñas y los niños son incapaces, inferiores o pasivos. Es así que, resulta imprescindible reconocerles como personas completas, con capacidad de analizar, proponer y tomar decisiones.
Los principios
De ahí que el Modelo Somos Familia (2017), fomente que se desarrollen competencias parentales centradas en las niñas y los niños, para de esta forma distanciarse de una crianza que prioriza las demandas en función del buen comportamiento o acatamiento de las normas desde lógicas adultas.
Tomando esto como base, analicemos ahora los tres principios en los que se fundamenta la Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños.
Dale click a cada número para acceder a una breve explicación de los principios.
Respeto por todos los derechos de las niñas y los niños.
Las niñas y los niños al ser personas tienen derechos fundamentales, pero además por su etapa de desarrollo y condiciones particulares, tienen derechos específicos que se ajustan a sus condiciones particulares. En la crianza centrada en las niñas y los niños todos estos derechos son respetados por igual.
Es decir, no se priorizan unos derechos sobre otros. Por ejemplo, respetamos tanto su derecho a tener un nombre y una nacionalidad, como su derecho a expresarse y que su opinión sea tomada en cuenta.
En este enlace se encuentra la Convención sobre los Derechos de las Niñas y los Niños, les invitamos a revisarla como material para mentes curiosas, para tener muy presente cuáles son estos derechos.
Convención sobre los Derechos de las Niñas y los Niños:
DESCARGARValidación de sus necesidades, tanto físicas como afectivas
Las necesidades son aspectos biológicos (ej. alimento, descanso) o afectivos (ej. afecto, escucha) que todas las personas requerimos para lograr bienestar en nuestra vida. La invitación de este estilo de crianza es a siempre reconocer y validar todas las necesidades de las niñas y los niños, entendiendo que esto posibilita una sintonía emocional, que a su vez contribuye con la construcción de vínculos afectivos seguros.
Es importante tomar en cuenta que hemos aprendido a priorizar las necesidades físicas, sobre las afectivas. Por ejemplo, comprendemos que las niñas y los niños tienen la necesidad de alimentarse, pero en ocasiones no se le da la misma importancia a las necesidades de afecto, protección, pertenencia, entre otras. Es clave reconocer que ambos grupos de necesidades son imprescindibles para una vida de bienestar.
Acompañamiento para que desarrollen habilidades para la vida.
Las habilidades para la vida las vamos a entender cómo aspectos afectivos, sociales y cognitivos que las niñas y los niños deben desarrollar para enfrentar las demandas y retos de la vida diaria (Pérez, A., León, N. K. Q., & Coronado, E. A. G., 2017).
La Crianza Respetuosa Centrada en las Niñas y los Niños busca brindar el acompañamiento que les permita desarrollar esas habilidades. Para ello, el proceso de crianza en sí mismo las modela y abre múltiples espacios para que las pongan en práctica. Es decir, si queremos que las niñas y los niños desarrollen empatía, utilizamos la empatía en el proceso de crianza tanto con ellas y ellos, como con nuestros pares, además de guiarles para que poco a poco la vayan desarrollando. De esta manera acompañamos, no imponemos el aprendizaje de estas habilidades.
Con estos principios ponemos en el centro de la crianza a las niñas y los niños, sus derechos, necesidades y habilidades. Recordemos que el objetivo primordial no es la obediencia y el control del comportamiento, sino el acompañamiento sensible para en primer lugar construir vínculos emocionales seguros y también para guiarles a desarrollar habilidades que les permitan construir una vida con bienestar.