LECCIÓN 2. MÓDULO 3.
DERECHOS HUMANOS DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS
Continuemos llenando nuestra mochila de viaje de conceptos, actitudes y prácticas para acompañar a las niñas y los niños. En esta lección, que cuenta con tres estaciones, el objetivo de aprendizaje es conocer ideas claves que nos aporta el Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños en temas de crianza.
Como punto de partida tomemos en cuenta lo siguiente:
Este enfoque se comprende como un posicionamiento ideológico resultado de la aprobación, y posterior entrada en vigor, de la Convención sobre los Derechos del Niño (Convención del Niño) en nuestro país en el año 1990.
Este enfoque asume que “…los derechos del niño son la base más firme para las políticas, pues reconocen que los niños son actores sociales, a los que se debe respeto, cuidado, educación y servicios integrales en su propio interés superior, e identifican a quienes tienen la responsabilidad de proteger esos derechos junto con los niños pequeños y en nombre de ellos: los cuidadores, los docentes, las comunidades y los gobiernos”. (Woodhead y Oates, 2007 como se citó en Modelo Somos Familia, 2017).
Les invitamos a revisar la Convención sobre los Derechos del Niño, como material para las mentes curiosas, con el objetivo de tener muy presentes todos esos derechos que se deben garantizar a las niñas y los niños que acompañamos.
Estación 1
Colocando los derechos en el centro
Para practicar una crianza centrada en los derechos de las niñas y los niños, es importante empezar comprendiendo sus postulados.
Postulados del Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños
I. Las personas menores de edad son titulares de derechos humanos generales por su condición de persona, de derechos específicos como seres en proceso de desarrollo y de derechos especiales de protección ante situaciones que amenacen ese desarrollo.
Ejemplo:
Todas las personas tenemos derecho al acceso a la información, pero además se promueve la elaboración de directrices que protejan a las niñas y los niños de información y materiales perjudiciales para su bienestar.
II. Se reconoce el derecho de las niñas y los niños a contar con una familia como espacio de referencia, cuidado y desarrollo primario, así como el deber del Estado de suplir los espacios de cuidado y desarrollo cuando la familia no esté en condiciones de hacerlo.
Ejemplo:
El Estado debe proporcionar apoyo a las familias y garantizar el desarrollo de las niñas y los niños, un ejemplo de esta tarea es el trabajo que se realiza a través de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil (REDCUDI).
III. En todo espacio de acompañamiento y formación, las niñas y los niños requieren estar en el centro del proceso. Sus pensamientos, necesidades y opiniones deben ser consideradas desde su condición ciudadana en el ahora.
Ejemplo:
Una docente que va a empezar un proyecto de investigación, realiza un círculo de diálogo para decidir junto a las niñas y los niños el tema a trabajar.
IV. Las instituciones con roles de guarda, crianza o tutela –principalmente familia y Estado- requieren cumplir su rol de garantes de los derechos según los cuatro principios rectores de la Convención: (1) No Discriminación, (2) Interés Superior del Niño, (3) Supervivencia y Desarrollo y (4) Participación.
Ejemplo:
Un papá, en lugar de solo darle órdenes a su hija, escucha sus necesidades y propuestas para crear en conjunto normas que contemplen el punto de vista de ambos.
¿Cómo se ponen en práctica estos postulados en los espacios en los que te desenvolvés?
Estación 2
Derechos y necesidades
Desde el Modelo Somos Familia (2017) reiteramos que los derechos de las niñas y los niños deben ser garantizados por las personas que les cuidan en sus familias, comunidades educativas y otras redes de apoyo.
En esta línea, recuperamos con especial atención dos ideas fuerza que posicionan las necesidades afectivas, emocionales, de protección y seguridad de las niñas y los niños como derechos fundamentales. A continuación, las describimos:
1. El sentido de pertenencia, como un derecho y necesidad básica. Las niñas y los niños requieren un contexto social (familiar, educativo, comunitario) donde sean alimentados y cuidados en relaciones recíprocas de aceptación y respeto.
El sentido de pertenencia se fortalece cuando las niñas y los niños son reconocidos, no solo como integrantes de un colectivo, sino como seres humanos vitales para las personas cercanas y su entorno. Esto posibilita desarrollar su identidad como una persona con agencia política capaz de influir en su medio social: familia, comunidad, comunidad educativa, entre otros.
De ahí, el impacto positivo a lo largo de toda su vida de forjar un sentido de pertenencia en sus múltiples espacios, con mención especial: su hogar y comunidad educativa.
2. El poder de la familia como el espacio por excelencia para crecer y desarrollarse, de ahí la responsabilidad de las personas encargadas de proveer no sólo el sustento material y económico, sino también el emocional y social, o en su defecto su deber de solicitar apoyo al Estado cuando se vean limitados para hacerlo.
La familia como espacio primario de cuidado y desarrollo plantea el desafío de construir bases afectivas y vínculos sólidos entre las personas que la conforman, recordando que el concepto que manejamos de familia es en plural, incluye a la familia extendida y otras figuras cuidadoras significativas.
Además, es importante considerar que, para las niñas y los niños su comunidad educativa también es un espacio vital y que requiere ser seguro -física y emocionalmente-. Los vínculos afectivos generados tanto en los hogares como en los centros educativos, constituyen referentes de soporte para las niñas y los niños durante toda su vida; estos son un factor protector que les permite adaptarse a los cambios, superar retos y ser resilientes.
Estación 3
Una crianza respetuosa de los derechos
En esta última estación vamos a retomar las principales ideas del Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños para llevarlos al campo de la reflexión.
¡Así que vamos a mover nuestra mochila de viaje!
Llegó el momento de hacer un ejercicio de presencia plena para centrarnos en el momento presente y volcar nuestros pensamientos y sentimientos en el ejercicio reflexivo que viene después.
Ejercicio:
- Te invitamos a tomar una posición cómoda y dirigir tu atención a tu respiración.
- Realizá tres respiraciones profundas, primero llevando todo el aire a tu estómago y llenándolo poco a poco, cada vez más.
- Imaginate que es un globo que se va inflando. Tomá ese aire y llevalo a tu diafragma. Sostenelo unos segundos. Luego exhalá muy lentamente.
- ¡Repetí esta secuencia tres veces!
Ahora imaginá a una familia en la que se vive el Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños. Para empezar podés pensar quiénes la componen, ¿la mamá y el papá están presentes?, ¿cuántas niñas y niños hay?, ¿las abuelas y abuelos son cercanos?, ¿tienen mascotas? Ahora que la visualizás, imaginá que entrás en su hogar en el momento del desayuno:
- ¿Cómo se siente el ambiente de esta familia?
- ¿Cómo es el vínculo entre estas personas?
- ¿Las niñas y los niños tienen las mismas oportunidades que las personas adultas de conversar o hacer preguntas? ¿De qué se conversa? ¿Los aportes de las niñas y los niños son valorados?
- ¿Las personas adultas les consultan a las niñas y los niños sobre sus necesidades o gustos?
- ¿Se respetan todos los derechos de las niñas y los niños sin priorizarlos (ej. se respeta el derecho a la alimentación, a la vez que se respeta el derecho a vivir libres de violencia)?
Introducí en tu mochila de viaje no sólo las respuestas a nivel cognitivo, sino también sensaciones y recuerdos que relaciones con los ambientes en los que se respetan los Derechos Humanos de las Niñas y los Niños.
Si querés conocer más sobre la práctica de la Presencia Plena, te invitamos a revisar el siguiente documento:
Integrando conocimiento
El cumplimiento real del Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños tiene un impacto en su bienestar y calidad de vida. Por lo tanto, desde nuestro rol como personas adultas, tenemos la responsabilidad de defender y promover este enfoque, tomando en cuenta que los derechos son interdependientes e indivisibles, es decir se relacionan unos con otros y no se puede prescindir de ninguno o disfrutarse uno a costa de otro. Esto nos lleva a decir que, si bien los derechos asociados a la supervivencia y protección son vitales, son igual de importantes los de participación, educación o cultura.
Además, resulta esencial que todas y todos nos unamos en esta tarea, es decir que tanto el Estado, como las familias, redes de apoyo particulares o institucionales y otras personas con roles de cuidado luchemos día a día por garantizar el cumplimiento de todos estos derechos.
En la siguiente imagen podrás explorar las acciones que podemos realizar para defender y promover el Enfoque de Derechos Humanos de las Niñas y los Niños.
Cuando estas condiciones se juntan, las niñas y los niños aprenden a respetarse y respetar, se reconocen a sí mismas/os como personas valiosas y desarrollan seguridad al mismo tiempo que buscan fortalecer sus capacidades.
¿Cuáles de estos puntos se cumplen en la vida de las niñas y los niños que acompañás?
¿Cuáles de estos puntos pensás que es necesario reforzar en la comunidad de la que formás parte? ¿Si le hicieras estas mismas preguntas a las niñas y los niños, cuáles creés que serían sus respuestas?
Esperamos que esta lección haya sido de mucho aprendizaje. En la tercera lección seguiremos aprendiendo con el Enfoque Neuropsicológico